Tenue, suave, despacio
fueron
mis besos blancos
libres
de pecado,
Tú y
yo siempre reposamos entre las sombrías tardes de invierno,
bajo aquel el árbol tenebre tú y yo pretendimos
darnos calor
tantas
veces que intente
no
pude entrar no pude alcanzar tu delicado corazón.
Me
enamoré de la persona que jamás me amara
él no
tiene a nadie, más solo su soledad
él no
puede mirar a otra persona
que no
sea así mismo
ante el
espejo del destino ya hecho añicos,
Su ser
solo tiene espacio para uno
y su corazón es la vela que de apoco se fue
apagando
aunque
intente no fue suficiente mi calor.
Le vi
sonreír varias veces
Lo vi
sonreír la primera vez
Y que
hermosa sonrisa me atrevo a decir
Más de
a poco se torno sombría
Más de
a poco esa alegría se torno sufrimiento
Más de
a poco él ya no pudo sonreír
Más de
apoco
él ya
no me pudo sentir…
Me ha encantado! Este es un hermoso poema y se siente kon tanta klaridad todos esos sentimientos en el aire.
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